Lo último que Ada Hart necesita es un hombre que la cuide. Tras fracasar en su programa de diseño de interiores y poner fin a un matrimonio breve y desastroso, Ada consiguió levantar cabeza después de haber tocado fondo. Ahora solo confía en sí misma, y gracias a eso ha llegado más lejos que nunca. Tiene su propio negocio y uno de los mayores ranchos de Wyoming la ha contratado para el proyecto más importante de su carrera.

Cuando Ada llega a Meadowlark, acaba en un bar en el que no puede apartar la vista de un atractivo cowboy. Y cuando ella lo lleva a la parte trasera del local, él le da un beso con el que la mayoría solo puede fantasear. Es una lástima que no vayan a volver a verse de nuevo. Pero el chico en cuestión resulta ser el nuevo jefe de Ada.

Weston Ryder es un tipo feliz. Y más ahora que ha descubierto que la misteriosa mujer a quien conoció en el bar es la diseñadora de interiores a la que ha contratado para el proyecto de sus sueños. Ada está convencida de que la atracción que siente por Wes desaparecerá tarde o temprano, pero Wes no puede dejar de pensar en ella. Aunque en el rancho Rebel Blue estén tirando abajo paredes, los muros alrededor de Ada siguen intactos.