Una obra de corte experimental, filosófica y abyecta, empapada del espíritu transgresor de Georges Bataille. Este libro se sumerge en las aguas más turbias del pensamiento y la carne, allí donde la perversión es ley y la crueldad se vuelve herramienta de conocimiento. Agónica, excesiva, a ratos despiadada, a ratos enfermiza, la narración se abre como un abismo ante el lector, que ya no puede mirar hacia otro lado. Flirtea con la sumisión y la dominación, con el desequilibrio mental y el mal como motor inevitable del mundo. Incluso el cine snuff asoma como un espejo roto en el que se proyecta la última frontera del horror. No es una lectura, es un descenso. Una liturgia incómoda, hipnótica y reveladora.