La familia Hull ha sido propietaria de la bodega Gallows Hill durante generaciones, viviendo y trabajando en los hermosos terrenos donde cultivan sus famosas uvas. Hasta la noche en que el señor y la señora Hull se acuestan... y no despiertan jamás.
Cuando su hija Margot hereda el negocio familiar, lo último que desea es hacerse cargo de él. La bodega es célebre por la calidad inigualable de su producción, pero está construida sobre un campo donde una vez colgaron a cientos de convictos. Los lugareños murmuran rumores macabros: dicen que la tierra está maldita.
Han pasado más de diez años desde la última vez que Margot puso un pie en su hogar de infancia. Pero ahora, sola en el extenso y deteriorado caserón, comienza a creer que la maldición es más real de lo que imaginaba… y que puede ser la próxima víctima de la casa que nunca descansa.